Se transmite a través de la sangre al compartir agujas, jeringas o elementos cortopunzantes
La hepatitis C es una enfermedad del hígado causada por el virus de la hepatitis C.
Cuando una persona se infecta con el virus de la hepatitis C, puede desarrollar una infección aguda que varía en gravedad: desde una enfermedad muy leve, con pocos o ningún síntoma, hasta una afección grave que requiere hospitalización.
¿Qué es la hepatitis C aguda?
Es una enfermedad que ocurre dentro de los 6 meses posteriores a que la persona quedó expuesta al virus.
La hepatitis C crónica puede provocar enfermedades hepáticas graves.
¿Qué es la hepatitis C crónica?
Es una enfermedad que ocurre cuando el virus permanece en el cuerpo de la persona luego del cuadro de hepatitis C aguda.
Aproximadamente 8 de cada 10 personas que se infectan por el virus de la hepatitis C desarrollan una infección crónica o permanente.
Con el tiempo, puede provocar problemas hepáticos graves, incluyendo daños severos al hígado como cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer de hígado..
¿Cómo se transmite?
Se transmite a través de la sangre al compartir agujas, jeringas o elementos cortopunzantes con personas infectadas.
También por vía sexual (vaginal, oral o anal), aunque es menos frecuente.
Una madre que tiene hepatitis C puede transmitir la infección a su hijo durante el embarazo o el parto, aunque es menos frecuente. Si estás embarazada o ya sos mamá, es importante que te hagas los análisis.
Aunque es menos frecuente, la hepatitis C se puede transmitir por vía sexual.
¿Cuáles son los síntomas?
La mayoría de las personas infectadas no tiene ningún síntoma o solo tiene síntomas leves.
Cuando los síntomas aparecen, con frecuencia son un signo de enfermedad avanzada del hígado.
Los síntomas, tanto de la hepatitis C aguda como de la crónica, pueden incluir:
¿Cuánto pueden tardar en aparecer los síntomas?
En una infección aguda, pueden aparecer en un plazo de 2 semanas a 6 meses después de la exposición.
Los síntomas de la hepatitis C crónica pueden tardar hasta 30 años en manifestarse. El daño al hígado puede ocurrir de manera silenciosa durante este tiempo.
Una persona puede tener durante años hepatitis C crónica sin tener síntomas.
¿Cómo se diagnostica?
Mediante análisis de sangre específicos que detectan tanto la presencia de las defensas o anticuerpos como del virus mismo.
No son análisis de rutina, tenés que pedirle las pruebas específicas a tu médico.
Recordá que, si sos mamá, es importante que te hagas los análisis.
¿Cómo se trata?
Cuando es diagnosticada, los médicos recomiendan descanso, una nutrición adecuada, líquidos y medicamentos antivirales específicos.
El tratamiento de la hepatitis C crónica ha mejorado paulatinamente en cuanto a eficacia y disminución de efectos adversos asociados.
En los últimos tres años aparecieron —y seguirán apareciendo— una gran cantidad de opciones terapéuticas que permiten no solo una mayor efectividad, con tasas de curación de entre el 90 y el 100%, sino también tratamientos más cortos y con menos efectos adversos.
En los casos más graves, la persona infectada puede necesitar un trasplante hepático.
¿Cómo podés prevenirla?
Evitá compartir agujas, canutos o elementos cortopunzantes.
Usá preservativo desde el principio en todas tus relaciones sexuales (anales, orales y vaginales).
Exigí el uso de materiales esterilizados si vas a hacerte un tatuaje o piercing, o ante cualquier procedimiento médico invasivo.
¿Existe una vacuna contra la hepatitis C?
En la actualidad no hay una vacuna disponible para prevenir la hepatitis C.
¿Qué medidas pueden tomar las personas con hepatitis C para cuidarse el hígado?
Las personas con hepatitis C crónica deben consultar al médico con regularidad.
También deben consultar a un profesional antes de tomar cualquier medicamento con receta o de venta libre (incluyendo suplementos a base de hierbas o vitaminas), ya que pueden ser dañinos para el hígado.
También deben evitar beber alcohol debido a que puede acelerar el daño al hígado.