Buenos días!! Retomando el contacto del encuentro semanal y a propósito que hace unos días se cumplió un nuevo aniversario de haber culminado mí residencia de Neurocirugía, contare una pequeña historia personal.
Cuando uno comienza el camino del estudio universitario, además de las expectativas y los sueños propios, están también presentes las expectativas de nuestros padres y la familia toda… Eso que siempre expresamos los papas… “que tenga mayores y mejores oportunidades… uno trabaja y se esmera para que los hijos sean mejores que nosotros”
Fue un largo camino, con éxitos y fracasos pasajeros, que me fueron acercando al objetivo, el hijo de un empleado municipal y un ama de casa, se había transformado en Doctor… con la ayuda de mucha gente…Pero esa es otra historia…
Estaba frente al último examen… examen final de Pediatría, había solicitado una mesa especial, ya que se trataba de la última materia.
Expuse frente al Dr. Markowsky, en ese momento además era el Secretario Académico… A continuación tratare de resumir la conversación del final del examen…
De donde es Ud. Barrera… De Posadas Dr.
Tiene teléfono en su casa paterna? (año 94 época solo de teléfonos fijos), si conteste y a continuación me solicito, marco el número y estableció el siguiente dialogo con mi padre.
“Buenos días, la casa del Dr. Barrera… (Una forma muy original de decirme que me había recibido de medico) mi padre contesta, no… A lo que el Dr. Insiste preguntando si era correcto el número telefónico, y por lo tanto era la casa del Dr. Barrera… Mi padre le explico que tenía un hijo que estaba estudiando medicina, pero que aún no estaba recibido… La respuesta fue… No puede ser estoy sentado frente al Dr. Barrera lo comunico con el… Entonces me cedió el teléfono para que hablara con mi padre…
La sencillez de su acto, el gesto de humildad profesional, me marco profundamente…
Años más tarde, al rendir el examen de la Especialidad de Pediatría, ante la Sociedad Argentina de Pediatría, en representación de la UNNE, nuevamente estuvimos frente a frente y luego de recibir las felicitaciones correspondientes, le recordé la experiencia… Y fiel a su estilo me pregunto… Yo hice eso??
Hoy 20 años después me sigue provocando la misma sensación de alegría, emoción y admiración, por aquel momento tan importante para mí y mi familia, donde el Dr. Markowsky mantuvo su perfil bajo… Su última gran lección fue que en todo proceder médico debe prevalecer la humildad y la sencillez…